¿Qué deber de confidencialidad tendrá mi abogado en la Ley de la Segunda Oportunidad?
Publicado 04/02/22
Actualizado 30/01/23
Absoluto. El abogado tiene un estricto deber de confidencialidad con su cliente. El secreto profesional forma parte de su compromiso deontológico.
Puedes estar seguro de que cualquiera de nuestros abogados expertos en la Ley de la Segunda Oportunidad te representará y defenderá a ti. No son agentes del juzgado ni mediadores imparciales que actúan al servicio de varias partes. En ningún caso revelarán más datos que los que sea preciso comunicar en el procedimiento por indicación legal y con el fin de hacer propuestas en tu beneficio.
En España suele haber ciertas reticencias a recurrir a leyes de este tipo. Mucha gente tiene interiorizada la idea de que las deudas contraídas son un estigma que se arrastra para siempre y que encontrarse en una situación de insolvencia supone un fracaso social y personal. Temen por ello dar el paso y exponerse públicamente asociándose a una crisis.
Pero no es así. No hay nada que temer. En otros países miles de personas se acogen a leyes y mecanismos similares desde hace décadas. Y en esos procedimientos no se expone información de modo indiscriminado, porque los procedimientos están muy regulados y se manejan los datos personales, patrimoniales y de negocio solo en los ámbitos y momentos en que son necesarios.
En cuanto a la consecuencias de que el concurso conste en registros —con la complicación que puede aparejar con vistas a la obtención futura de crédito—, hay que pensar que ello no ocasionará un perjuicio mayor que el que ya exista en la situación previa de impagos e insolvencia.
Aunque no participaras en estos procedimientos, tu morosidad acabaría constando en los ficheros. Y es precisamente el mecanismo de segunda oportunidad el que puede librarte antes de ellos.
Si como deudor te liberas y reinicias tu vida, estarás más cerca de sanar y recuperar tu buena imagen personal y económica.
No olvidemos que las entidades financieras valoran el historial y la reputación de los solicitantes para estudiar la concesión de préstamos y créditos, pero sobre todo tienen en cuenta la capacidad de pago y reembolso, a corto y medio plazo, y las garantías.
Si la fiabilidad para afrontar compromisos se recupera, el camino hacia la financiación será más fácil de recorrer.