¿Qué es la transmisión de unidades productivas en el concurso de acreedores?
Publicado 09/04/22
Actualizado 02/01/23
La transmisión de unidades productivas es una de las medidas contempladas en la normativa concursal que pueden servirle al deudor, titular de una actividad económica, para satisfacer todos los créditos que tenga con sus acreedores o algunos de ellos.
Consiste en que el deudor se plantee, como modo de zanjar sus compromisos de pago incumplidos, o parte de ellos, la obtención de fondos mediante la venta total o parcial de su negocio a un tercero.
Esta opción podrá negociarla en varios momentos del concurso, incluso en el preconcurso, y plantearla al solicitar el concurso de acreedores o posteriormente.
La transmisión de unidades productivas es, por tanto, una medida más de las útiles con vistas a solucionar la situación de crisis de impagos del deudor insolvente. Es alternativa o complementaria a otros pactos u operaciones posibles: ampliación de crédito, modificaciones crediticias, quitas, esperas, cesiones de bienes, liquidación de activos mediante venta en subasta…
Qué se entiende por unidad productiva
Elementos de una unidad productiva
Se considera como unidad productiva a un conjunto de medios humanos, materiales e inmateriales organizados para que pueda ejercerse una actividad económica.
Esta unidad organizada:
- Puede pertenecer tanto a una persona jurídica como a un particular o un autónomo.
- Cabe que esté en activo, como negocio, o actualmente parada, si tiene posibilidad de funcionar por sí misma. No es preciso que sea en ese momento rentable.
- Si está vinculada a otros centros o establecimientos de la empresa, debe ser susceptible de funcionar de modo independiente.
- Puede ser un centro de desarrollo de una actividad principal en la empresa o de una accesoria.
- Dispone de activos y recursos de diverso tipo, pero es una unidad global de actividad, no un mero conjunto de elementos aislados.
Activos y recursos que no forman una unidad productiva
No constituyen por sí mismos unidad productiva los recursos aislados de una empresa: mobiliario, locales, naves, oficinas, maquinaria, mercancías, equipos, utensilios, patentes, licencias, concesiones, derechos de propiedad intelectual o industrial, plantillas de trabajadores, carteras de clientes…
El valor de una unidad productiva normalmente es más alto que el de todos los elementos que lo componen por separado.
Elementos como los citados, aislados, tienen utilidad y potencialidad funcional en un negocio, pero no autonomía de actividad por sí mismos.
Ejemplo de posibles unidades productivas en una misma empresa
Una empresa ejemplo
Imaginemos una empresa de productos alimenticios ecológicos que dispone de:
- Una central de producción y distribución de frutas y hortalizas y de productos artesanos y ecológicos (miel, mermeladas, quesos, yogures, pasta, embutidos…).
- Una división de elaboración y distribución de cervezas y vinos ecológicos.
- Varios comercios diseminados por el territorio, especializados en esos productos.
- Una pequeña división dedicada a la promoción de productos y a la organización de eventos, que también trabaja para empresas de otros sectores (aceiteras, panadería, pastelería…).
Posibles unidades productivas en la empresa ejemplo
En este caso, podría considerarse unidad productiva, por ejemplo, a:
- Toda la empresa.
- La central de producción y distribución de productos ecológicos, con o sin sus comercios vinculados.
- La división de cervezas y productos vinícolas, con o sin sus tiendas vinculadas.
- La división accesoria de promoción y eventos.
- Todos los establecimientos comerciales de la empresa.
- Algunos comercios de productos ecológicos.
- Las vinaterías (tiendas de bebidas).
- Una sola tienda…
Aisladamente no serían unidad productiva unos almacenes y oficinas, las instalaciones, maquinaria y demás útiles, las mercancías, los vehículos, el mobiliario, los modos de producción, las fórmulas enológicas…
En todo caso, y como es fácil de entender, en empresas más pequeñas que las del ejemplo (comercios, cadenas de pocos establecimientos, pequeños talleres, empresas de servicios de dimensión reducida…) lo habitual suele ser la transmisión completa.
Transmisión de unidades productivas en el concurso de acreedores
La normativa concursal contempla la transmisión de unidades productivas como una de las vías a las que puede recurrir el deudor o que puede decidir el juez para lograr una mejor satisfacción de los acreedores.
La venta de la empresa o parte de ella es una decisión que puede acometer el deudor antes del llegar al preconcurso o al concurso. Pero será a partir de esas etapas cuando deba someterse a la regulación de la Ley Concursal.
Finalidad de la transmisión de unidades productivas
La Ley Concursal, refiriéndose a la liquidación, indica que, siempre que sea posible, deberá proyectarse la venta unitaria del conjunto de los establecimientos y explotaciones del negocio del deudor o de cualquier otra unidad productiva existente dentro de la masa activa (patrimonio previsto en el inventario de bienes para pagar las deudas pendientes).
El objetivo principal de esta decisión de venta del negocio o de parte de este en el ámbito concursal es buscar una vía óptima para satisfacer los derechos de los acreedores. En ocasiones será la mejor solución para lograr ese propósito.
Pero impulsando estas ventas se cumplen además algunos de los otros fines generales de la legislación que regula estos procedimientos:
- Promover la conservación de las actividades económicas viables, facilitando su continuidad.
- Contribuir con ello a salvaguardar el tejido empresarial de la economía.
- Proteger, en la medida posible, los derechos de los trabajadores.
Regulación de la transmisión de unidades productivas en la normativa concursal
La normativa concursal contempla aspectos diversos de la enajenación de unidades productivas.
Entre otros:
- Momentos en los que puede plantearse.
- Quién puede proponerla y quién debe aprobarla.
- Qué efectos puede tener sobre el deudor, los acreedores, los trabajadores…
- Cómo puede afectar en general a las deudas y contratos pendientes o a supuestos especiales: créditos con garantías, deudas con administraciones públicas, otros derechos de cobro privilegiados…
- Cómo debe tramitarse y qué información habrá que aportar para presentar la oferta o en posteriores informes.
- Qué criterios de elección y adjudicación a un comprador pueden o deben seguirse…
No solo podrá realizarse esta enajenación en la fase de liquidación. También será posible sustanciarla antes, en la fase común del concurso, o incluso incluirse en un pacto entre deudor y acreedores vía Convenio Concursal.
Iniciativas judiciales para facilitar la tramitación de las transmisiones
Algunos grupos de jueces han consensuado ciertas directrices o recomendaciones dirigidas a agilizar la valoración de ofertas, la elección de adquirentes y la tramitación de las ventas del negocio del deudor o de parte de este.
Sus propuestas son lo que se denomina coloquialmente prepack concursal.
No constituyen una normativa reguladora. Son únicamente modos de interpretar las posibilidades que da la regulación con el fin de optimizar la gestión de la enajenación, desde las negociaciones iniciales hasta la venta final de la unidad productiva.
El fin es favorecer la venta rápida, evitando la pérdida de valor de los negocios, y elegir al mejor comprador posible. Todo en beneficio de los acreedores, aunque buscando también, como fin secundario, preservar la continuidad de la actividad, dando una posibilidad de subsistencia a los negocios viables.
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