Pensionista de Cuenca cancela 88.000 euros en 2 meses
Es difícil marcar una fecha de inicio
Fátima era una auxiliar de clínica que ya estaba jubilada y viviendo de su pensión. Después de toda una vida de trabajo y esfuerzo, y en una etapa en la que debería estar tranquila y disfrutando de un merecido descanso, en realidad se encontraba mal de salud, agotada y con la sensación de que ya no podía más.
El motivo principal de ese malestar continuo era la enorme deuda con la que cargaba, que no había podido cancelar de ninguna manera y que sabía, a ciencia cierta, que iba a seguir arrastrando sin remedio.
Si queremos establecer un momento como punto de partida de esta situación que fue empeorando con el tiempo, nos podríamos ir unos 20 años atrás, cuando el matrimonio tenía una pescadería que empezó a ir mal a raíz de la apertura de grandes superficies y tuvieron que cerrar después de diferentes intentos de reactivar el negocio.
Fue una época complicada en la que la familia entera vivía del sueldo de Fátima.
En 2008 la pareja se divorció y el marido “desapareció” sin pasar pensión alguna a los hijos ni contribuir a las obligaciones a las que se habían comprometido.
La situación económica se complicó bastante y Fátima empezó a contraer pequeñas deudas para gastos imprevistos, para los estudios de los hijos, para reparaciones en la casa… Y para lo que también se hace con bastante frecuencia: para tener una bomba de oxígeno que permitiera cancelar parte de lo que se debía y tirar un poco más.
Y las cantidades fueron aumentando, las cuotas sin pagar se fueron acumulando y de forma lenta pero inexorable la deuda llegó al importe que hemos comentado y que era totalmente imposible que con su nivel de ingresos Fátima pudiera devolver.
En menos de dos meses se resolvió todo
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Fátima la aprovechó y decidió iniciar el proceso judicial. El éxito no pudo ser más rotundo: en tan solo dos meses le perdonaron los 88.000 euros que debía y finalizaron, por fin, las estrecheces económicas que venía sufriendo desde tanto tiempo atrás.
Hay mucho detrás de la Ley de Segunda Oportunidad
La Ley de Segunda Oportunidad regula un procedimiento que permite comenzar de nuevo a aquellos ciudadanos que no pueden hacer frente al pago de sus deudas. El resultado es la cancelación de todo o parte de lo que deben, de manera que pueden partir de cero realmente.
El cambio que este proceso opera en la vida de la persona es inmenso: supone pasar de un acoso constante por parte de los acreedores a no recibir ni una sola llamada cercana a la falta de respeto ni una nueva carta amenazante, poder dormir tranquilamente por fin o plantearse volver a financiar la compra de una lavadora.
Es borrar todo lo que hace que la situación financiera del deudor sea un auténtico desastre y hacer tabla rasa.
Por eso, aunque implique un coste económico siempre va a merecer la pena, porque es tanto lo que se puede ganar…
Auto de cancelación de deuda
Clicando en el siguiente enlace puede consultarse el auto de cancelación de deuda correspondiente a este caso. Los datos de las personas implicadas han sido borrados por motivos de privacidad: Pensionista de Cuenca consigue el perdón de 88.000 euros en 2 meses.