Prepack Concursal
Publicado 09/04/22
Actualizado 02/01/23
Se denomina prepack concursal a un modo de preparación de la venta de una empresa insolvente o de parte de esta pensado para que la operación propuesta resulte adecuada y se tramite con la mayor celeridad posible.
Dicho coloquialmente, se trata de presentar una propuesta que incluya las condiciones de la transmisión que se considera la mejor posible en ese momento, con un comprador ya elegido.
El trámite podrá resultar así más ágil, sin demoras innecesarias, si:
- el estudio es minucioso;
- se anticipa la valoración lo más posible al concurso;
- se valoran ofertas con criterio;
- la propuesta se presenta con generosidad informativa.
Aplicando estos formatos prepack (preempaquetado), habrá más probabilidades de que la ejecución de la operación planteada se apruebe y sea un éxito.
Finalidad del prepack concursal
Objetivo principal
El fin de los prepacks concursales es crear un marco de actuación judicial o prejudicial riguroso y ágil que evite el fracaso de muchas operaciones de venta de empresas que se acometen en los procedimientos concursales por las vías ordinarias.
Hay figuras distintas en las normativas o usos judiciales de varios países, en el ámbito de la gestión de deudores insolventes. Pero todas tienen una finalidad similar: optimizar la operación, evitando tanto prisas como tardanzas en su preparación y ejecución.
Dos riesgos opuestos
Hay que tener en cuenta que tanto puede complicar el éxito de la venta o la elección de la oferta el que el administrador concursal o el juez acorten los tiempos en sus tareas como que se demoren en los trámites y decisiones.
Este tipo de operación se expone, por tanto, a dos riesgos de sentido contrario:
- Precipitación — El estudio del caso y la búsqueda y valoración de ofertas se acometen con premuras, tratando de acortar tiempos y reducir controles para evitar un progresivo deterioro de la empresa. Como resultado, la propuesta puede presentar problemas o no resultar la mejor posible.
- Dilaciones — Se extreman las precauciones y se alarga el trámite de valoración y elección a fin de buscar la oferta más sana y ventajosa en precio y con menor impacto negativo en actividad y la plantilla. Como consecuencia, se dilatan los tiempos de tramitación y mengua el valor del negocio.
Problemas de la transmisión de unidades productivas en el concurso
Pensando ya en nuestra realidad, la venta de la empresa o de parte de esta a través del plan de liquidación del concurso de acreedores es una medida que ha experimentado numerosos problemas en la práctica.
Estos son algunos de ellos:
- Algunas empresas acuden tarde al concurso sin haber estudiado bien la conveniencia de la venta.
- Decidir esa venta ya avanzado el concurso o lanzarse a ella justo al solicitarse este puede conllevar que el tiempo de estudio del potencial del negocio sea insuficiente.
- El propio preconcurso de acreedores puede acelerar el deterioro del negocio como oportunidad interesante en el mercado. El motivo es que ello transmite al mercado que el deudor es insolvente y juega contra el crono para salvarse.
- Durante el concurso, mientras se valoran opciones, la empresa puede ir perdiendo clientes, profesionales, mercados, licencias, concesiones, licitaciones…
- Acometer la valoración de ofertas con prisas dar a veces como resultado escasez de ofertas, negociaciones en posición de debilidad y precios poco ventajosos.
- Algunos ofertantes iniciales, si en el trámite confluyen muchos aspirantes, acaban renunciando. Llegan a ese momento saturados por la presión de competir en una espiral de precios elevados.
- Hay ofertantes potenciales que esperan fuera del concurso sin lanzar ofertas a que este avance. Buscan que la empresa vaya perdiendo valor.
- A veces también aparecen interesados que entran en el concurso pero no acaban de cerrar sus ofertas. Esperan igualmente a que el precio de la empresa evolucione a la baja, vigilando las ofertas de otros competidores.
- La urgencia lleva en ocasiones a que se cedan o vendan en la fase común del concurso algunos activos aislados del negocio. Ello menoscaba su valor con vistas a una venta conjunta.
- Hay procedimientos en los que el administrador concursal y el juez pueden mostrarse especialmente minuciosos en el chequeo de las propuestas. Con ello, se demorarán las decisiones finales.
- Con prisas, suelen darse choques entre las valoraciones efectuadas en el concurso y el valor de mercado estimado por el deudor o por los acreedores. Y también se crean a veces reticencias en los representantes de los trabajadores.
Además:
- Hay negociaciones de venta en fase preconcursal conducidas por el deudor que resultan caóticas y desorganizadas.
- Algunos deudores incurren en mala praxis. Plantean como oferta vinculante en su propio plan de liquidación a un comprador que les asegure de modo oculto un cierto control de la empresa. Pueden hacerlo a través de testaferros o de personas vinculadas a allegados…
Qué trata de solucionar un prepack concursal
Las directrices y sugerencias procedimentales de los denominados prepacks concursales buscan precisamente solucionar problemas como los citados.
Para ello, con algunas diferencias entre modelos, básicamente proponen:
- Anticipar el estudio de la operación de venta un momento preconcursal.
- Profesionalizar la preparación de la operación. Ello se logra confiando a un experto independiente la misión de búsqueda de compradores y valoración de la empresa y de los ofertantes.
- Empaquetar la propuesta final. El fin es que llegue al trámite de aprobación y ejecución con un comprador y unas condiciones de venta considerados adecuados.
- Plantear contenidos mínimos para la propuesta, pautas informativas y ciertos criterios técnicos para efectuar las valoraciones.
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