Transportista de Málaga cancela 42.000 euros en ocho meses
Uno de los requisitos para solicitar la cancelación de las deudas mediante la Ley de Segunda Oportunidad consiste en ser deudor de buena fe. Aunque este concepto jurídico es más complejo de lo que pueda parecer, en realidad, la mayoría de las personas que se encuentran en situación de insolvencia cumplen esta condición.
Un préstamo para cancelar otro
El mercado financiero funciona como cualquier otro y en él hay una gran variedad de productos, cada uno con sus propias condiciones, características y precios. Y los contratos con los que se obtiene financiación ajena son un claro ejemplo de ello.
En el momento en el que Samuel necesitó dinero y solicitó un préstamo, pasaba por unas circunstancias que no le permitían mucha libertad de elección ni acceder a unas condiciones ventajosas, así que la verdad es que consiguió el crédito pero a un precio bastante caro.
Con el paso del tiempo su escenario cambió y nuevas posibilidades estuvieron a su alcance, así que obtener otro préstamo más barato de una entidad diferente le pareció una muy buena opción. La idea era conseguir el nuevo y, con su importe, cancelar el viejo de forma que la cuota a pagar cada mes resultara mucho más asequible.
El problema vino cuando nada salió como estaba previsto porque no pudo cancelar el primero y tampoco deshacer la segunda operación, así que se vió con dos préstamos y una carga financiera enorme.
El sistema de amortización que aplican las entidades de crédito
Existen diferentes métodos para calcular las cuotas a pagar para devolver los préstamos, pero el que se usa en la inmensa mayoría de los casos es el que se denomina “método francés”. En él se paga siempre el mismo importe de cuota pero el importe de los intereses y el principal que la integran varían en cada una de las mensualidades.
Este método de cálculo se basa, a muy grandes rasgos, en que los intereses se devengan en función del capital pendiente de devolución, por eso en los primeros pagos la parte mayor corresponde a intereses (porque, prácticamente, no se ha devuelto nada de deuda) y, a medida que pasa el tiempo, estos van disminuyendo y aumentando en el mismo importe la cuantía que se amortiza.
Así, se puede dar el caso de que después de llevar pagando un préstamo un año, por ejemplo, el capital devuelto realmente sea bastante insignificante en comparación a todo lo que se lleva desembolsado. Precisamente esto, el enorme coste financiero, fue lo que hizo inviable que Samuel pudiera cancelar sus deudas con los ingresos de los que disponía.
La solución detrás de una llamada de teléfono
Como tantos otros clientes, Samuel contactó con nosotros y se aseguró de dos cosas:
Por un lado, de que cumplía los requisitos para poder acceder a la vía regulada en la Ley de Segunda Oportunidad y que, básicamente, son: ser persona física, tener dos o más acreedores y demostrar tanto que no se tienen bienes suficientes para hacer frente al pago de las deudas como que no se ha llegado a esa situación actuando de mala fe.
Y por otro, que, después de investigar bastante y hablar con diferentes bufetes, contratar a los abogados de Libertad Sin Deudas para que le llevaran el asunto ante el Juzgado era la mejor decisión que podía tomar al respecto. El resultado demuestra que no se equivocó, porque en ocho meses consiguió el perdón de todo lo que debía y que ascendía a 42.000 euros. Y todo empezó con una llamada de teléfono…
Si tú estás en una situación similar y quieres dejar atrás las obligaciones de pago que no puedes cumplir contacta con nosotros ahora y da el primer paso hacia una nueva vida.
Auto de cancelación de deuda
Clicando en el siguiente enlace puede consultarse el auto de cancelación de deuda correspondiente a este caso. Los datos de las personas implicadas han sido borrados por motivos de privacidad: Transportista de Málaga cancela 42.000 euros en ocho meses