59.000 euros perdonados a un ingeniero de Badalona en 9 meses
Un trabajo que comporta viajar continuamente
Al protagonista de esta historia le llamaremos Fede para preservar su privacidad. Era empleado de una empresa de trabajo temporal y su trabajo consistía en supervisar una serie de obras que realizaba una entidad de tamaño considerable en todo el territorio catalán.
Trabajar para este tipo de empresas implica que, aunque tu puesto sea cualificado y de responsabilidad, el sueldo a cobrar es menor que si estuvieras en nómina de la constructora para la que prestas los servicios. Y es lógico, porque el beneficio de las ETTs está en la diferencia que hay entre lo que cobran al cliente y los gastos que les ocasiona el trabajador.
El caso es que el sueldo base de Fede no era alto pero como pasaba mucho tiempo viajando las dietas y kilometrajes que percibía hacían que sus ingresos mensuales rondaran los 2.500 euros al mes.
Sin embargo, llegó un momento en que le comunicaron que todos esos gastos de viaje no le correspondían, así que de un día para otro se vio con que no solo dejó de cobrar las dietas sino que, además, debía devolver lo que le habían abonado por ese concepto en los períodos anteriores.
De un día para otro, entre lo que le bajó el sueldo y lo que le descontaban para devolver lo cobrado indebidamente, se encontró con unos ingresos mensuales de 1.200 – 1.300 euros: la mitad de lo que venía embolsando.
La Segunda Ley de Parkinson
La segunda ley de Parkinson (historiador y escritor británico del siglo pasado) dice que “los gastos aumentan hasta cubrir todos los ingresos”. Y, la verdad, es que se cumple en un alto porcentaje de casos…
A Fede le ocurrió eso: el nivel de gastos que asumió coincidía bastante con lo que cobraba. Así que cuando su sueldo se redujo tan drásticamente, el problema que se le generó fue grave porque ganando la mitad tenía que vivir y hacer frente al pago de la hipoteca y de varios préstamos al consumo.
En resumen: tenía una deuda de 59.000 euros que no podía pagar.
A veces los Juzgados dan más de lo que pides
La solución (para él y para todos aquellos que no tienen bienes suficientes con los que hacer frente al pago de sus deudas y cumplen unos requisitos realmente sencillos) estaba en el procedimiento judicial regulado en la Ley de Segunda Oportunidad, cuyo objetivo es la cancelación de la totalidad de las deudas o de una parte de ellas. Solo en el segundo caso se puede conservar parte del patrimonio del deudor.
La intención de Fede era que le perdonaran los préstamos personales que ascendían a 23.000 y que le aprobaran un plan de pagos para poder ir pagando la hipoteca de 36.000 euros y así poder mantener la vivienda.
Sin embargo, al presentar una tasación del inmueble por un importe menor que al de la hipoteca, el Juzgado resolvió rechazando el plan de pagos y cancelando el préstamo hipotecario también.
El éxito, por tanto, fue rotundo porque consiguió poner fin a la deuda total (59.000 euros) y mantener la vivienda.
¿Y sabes cómo lo hizo? Poniéndose en contacto con nosotros porque en Libertad Sin Deudas facilitamos una primera reunión gratuita y sin compromiso con un abogado experto en Ley de Segunda Oportunidad.
Si te encuentras en una situación similar a la de Fede, llámanos y da ya el primer paso para dejar atrás esas deudas que no puedes pagar.
Auto de cancelación de deuda
Clicando en el siguiente enlace puede consultarse el auto de cancelación de deuda correspondiente a este caso. Los datos de las personas implicadas han sido borrados por motivos de privacidad: Auto del juez: 59.000 euros perdonados a un ingeniero de Badalona en 9 meses