¿Qué es la transmisión de unidades productivas en el concurso de acreedores?
La transmisión de unidades productivas es una de las medidas contempladas en la normativa concursal. Puede ser de ayuda al deudor, titular de una actividad económica, para satisfacer todos los créditos que tenga con sus acreedores o algunos de ellos.
Consiste en la obtención de fondos mediante la venta total o parcial de un negocio a un tercero. Esta opción la podrá negociar en varios momentos del concurso, incluso en el preconcurso, y plantearla tanto al solicitar el concurso de acreedores como posteriormente.
Por tanto, la transmisión de unidades productivas es una medida contemplada para solucionar la situación de crisis de impagos del deudor insolvente. Es alternativa o complementaria a otros pactos u operaciones: ampliación de crédito, modificaciones crediticias, quitas, esperas, cesiones de bienes, liquidación de activos mediante venta en subasta…
Qué es la unidad productiva de una empresa
Se considera que los elementos que forman parte de una unidad productiva son un conjunto de medios humanos, materiales e inmateriales organizados que actúan entre sí y desarrollan una actividad económica.
Además, pueden funcionar de un modo autónomo, lo que permite su transmisión de una empresa a otra.
Un ejemplo claro de unidad productiva es la maquinaria de una empresa, los materiales que se utilizan y los trabajadores que las manejan. Este conjunto de cosas puede separarse de la empresa y funcionar por sí mismo sin depender de nada más.
Por eso, una de las grandes ventajas de la venta de unidades productivas en concurso no es solo salvar a la empresa, sino la conservación de puestos de trabajo.
La unidad organizada tiene ciertas características:
- Puede pertenecer tanto a una persona jurídica como a un particular o un autónomo.
- Cabe que esté en activo, como negocio, o actualmente parada, si tiene posibilidad de funcionar por sí misma. No es preciso que en ese momento sea rentable.
- Si está vinculada a otros centros o establecimientos de la empresa, debe ser susceptible de funcionar de modo independiente.
- Puede ser un centro de desarrollo de una actividad principal en la empresa o de una accesoria.
- Dispone de activos y recursos de diferente índole, pero es una unidad global de actividad, no un mero conjunto de elementos aislados.
Activos y recursos que no forman una unidad productiva
No constituyen por sí mismos una unidad productiva los recursos aislados de una empresa: mobiliario, locales, naves, oficinas, maquinaria, mercancías, equipos, utensilios, patentes, licencias, concesiones, derechos de propiedad intelectual o industrial, plantillas de trabajadores, carteras de clientes…
Elementos como los citados, pero aislados, tienen utilidad y potencialidad funcional en un negocio, pero no autonomía de actividad por sí mismos. En cambio, el valor de una unidad productiva normalmente es más alto que el de todos los elementos que lo componen por separado.
Ejemplo de posibles unidades productivas en una misma empresa
Para que puedas comprender mejor lo que son las unidades productivas, vamos a ponerte un ejemplo. Imagina una empresa de productos alimenticios ecológicos que dispone de:
- Una central de producción y distribución de frutas y hortalizas y de productos artesanos y ecológicos (miel, mermeladas, quesos, yogures, pasta, embutidos…).
- Una división de elaboración y distribución de cervezas y vinos ecológicos.
- Varios comercios diseminados por el territorio, especializados en esos productos.
- Una pequeña división dedicada a la promoción de productos y a la organización de eventos que también trabaja para empresas de otros sectores (aceiteras, panaderías, pastelerías…).
¿Cuáles son las posibles unidades productivas en la empresa ejemplo?
En el caso anterior, podemos considerar como unidad productiva:
- Toda la empresa.
- La central de producción y distribución de productos ecológicos, con o sin sus comercios vinculados.
- La división de cervezas y productos vinícolas, con o sin sus tiendas vinculadas.
- La división accesoria de promoción y eventos.
- Todos los establecimientos comerciales de la empresa.
- Algunos comercios de productos ecológicos.
- Las vinaterías (tiendas de bebidas).
- Una sola tienda.
Aisladamente no serían unidad productiva unos almacenes y oficinas, las instalaciones, maquinaria y demás útiles, las mercancías, los vehículos, el mobiliario, los modos de producción, las fórmulas enológicas…
En todo caso, y como es fácil de entender, en empresas más pequeñas que las del ejemplo (comercios, cadenas de pocos establecimientos, pequeños talleres, empresas de servicios de dimensión reducida…) lo habitual suele ser la transmisión completa.
¿En qué consiste la venta de la unidad productiva de una empresa?
Como hemos visto, en la venta de las unidades productivas de las empresas se transmiten un conjunto de elementos que forman una entidad económica autónoma. Además, esta debe tener un valor superior al que tendrían los elementos por separado.
Por otro lado, un tercero actúa como comprador y adquiere esos activos necesarios para el desarrollo de la actividad por un precio pactado. Sin embargo, este no asume las deudas o pasivos de la compañía, excepto en muy concretas ocasiones.
¿Quién puede comprar la unidad productiva de una empresa?
Cualquier persona física o jurídica puede comprar la unidad productiva de una empresa, incluidos los propios trabajadores. Los únicos que no pueden beneficiarse de la venta de una unidad productiva en concurso son aquellos relacionados con la empresa deudora. Estos son familiares directos, propietarios de la empresa y, por supuesto, el administrador concursal.
Más adelante profundizaremos en cuándo puede activarse la transmisión de unidades productivas en el concurso. Pero te vamos adelantando que la venta se puede realizar en cualquier fase del procedimiento concursal o incluso antes, en el denominado prepack concursal.
En este supuesto, se busca al comprador antes del procedimiento concursal. Además, el juez nombrará a un experto independiente para supervisar y seleccionar las ofertas de los posibles compradores.
No obstante, si una empresa está en estado de insolvencia inminente, también puede vender su unidad productiva mediante una operación de reestructuración empresarial. Pero, en cualquier caso, es esencial que se acuda a este tipo de procedimiento con el mejor asesoramiento posible de abogados expertos en deudas.
Transmisión de unidades productivas en el concurso de acreedores
En la normativa concursal, se contempla la transmisión de unidad productiva como alternativa para alcanzar la satisfacción de los derechos de los acreedores. Y a esta vía pueden recurrir tanto el deudor como el juez.
Además, puede hacerse mediante:
- Subasta judicial o extrajudicial, como criterio general.
- Venta directa, o a través de una persona o entidad especializada, propuesta por escrito por el administrador concursal, si lo autoriza el juez tras oír las alegaciones de las partes.
Esto último puede ocurrir porque:
- La subasta queda desierta.
- El juez estima que es el cauce más adecuado en ese concurso (por ejemplo, si urge la venta para evitar menoscabos de valor o constan ofertas muy ventajosas).
No obstante, el mecanismo de la venta directa es el más habitual.
Sin embargo, el deudor puede vender tanto la empresa como parte de ella antes de llegar al preconcurso o al concurso. Pero será a partir de esas etapas cuando deba someterse a la regulación de la Ley Concursal.
En ella se establecen aspectos diversos sobre esta transacción: contenido mínimo de las ofertas, consulta a los representantes de los trabajadores, criterios de adjudicación, efectos sobre créditos pendientes y sobre garantías y cargas, etcétera.
Finalidad de la transmisión de unidades productivas
La Ley Concursal, refiriéndose a la liquidación, indica que, siempre que sea posible, deberá proyectarse la venta unitaria del conjunto de los establecimientos y explotaciones del negocio del deudor o de cualquier otra unidad productiva existente dentro de la masa activa (patrimonio previsto en el inventario de bienes para pagar las deudas pendientes).
El objetivo principal de la decisión de venta del negocio o de parte de él es buscar saldar las deudas contraídas con los acreedores. De hecho, en muchas ocasiones, esta será la mejor solución para lograr ese propósito.
Por otro lado, al impulsar estas ventas se cumplen otros de los fines generales de la legislación que regula estos procedimientos:
- Promover la conservación de las actividades económicas viables, facilitando su continuidad.
- Contribuir a salvaguardar el tejido empresarial y la economía.
- Proteger, en la medida de lo posible, los derechos de los trabajadores.
Regulación de la transmisión de unidades productivas en la normativa concursal
En la legislación concursal se reflejan diferentes aspectos relacionados con la enajenación de unidades productivas. Entre otros:
- Momentos en los que puede plantearse.
- Quién puede proponerla y quién debe aprobarla.
- Qué efectos puede tener sobre el deudor, los acreedores, los trabajadores, etcétera.
- Cómo puede afectar en general a las deudas y contratos pendientes o a supuestos especiales: créditos con garantías, deudas con administraciones públicas, otros derechos de cobro privilegiados, etcétera.
- Cómo debe tramitarse y qué información habrá que aportar para presentar la oferta o en posteriores informes.
- Qué criterios de elección y adjudicación a un comprador pueden o deben seguirse.
La enajenación no solo se puede realizar en la fase de liquidación, también será posible hacerla antes, en la fase común del concurso. De igual manera, se puede incluir en un pacto entre deudor y acreedores vía Convenio Concursal.
Iniciativas judiciales para facilitar la tramitación de las transmisiones
Algunos grupos de jueces han consensuado ciertas directrices o recomendaciones dirigidas a agilizar:
- La valoración de ofertas.
- La elección de adquirentes.
La tramitación de las ventas del negocio del deudor o de parte de este.
Sus propuestas son lo que se denomina coloquialmente prepack concursal, aunque no constituyen una normativa reguladora. Son únicamente modos de interpretar las posibilidades que da la regulación. Su objetivo es optimizar la gestión de la enajenación, desde las negociaciones iniciales hasta la venta final de la unidad productiva.
De este modo, se favorecerá la venta rápida, evitando la pérdida de valor de los negocios. Al mismo tiempo, se podrá elegir al mejor comprador posible. Todo ello va en beneficio de los acreedores, aunque buscando también, como fin secundario, preservar la continuidad de la actividad, dando una posibilidad de subsistencia a los negocios viables.
¿Cuándo puede activarse la transmisión de unidades productivas en el concurso?
Ya sabes que la decisión de vender la totalidad o parte de una empresa con crisis financiera puedes tomarla en cualquier momento. De hecho, es una buena opción alcanzar un acuerdo con un comprador antes de acogerse a la normativa concursal. Sin embargo, esto puede promoverse en el preconcurso y en el concurso de acreedores.
En caso de negociar en el preconcurso de acreedores, puede incorporarse en una propuesta anticipada de Convenio o en un plan de liquidación. Ambas opciones se aprobarán en el concurso si cumplen ciertas condiciones. Pero también podrá adoptarse como medida dentro ya de esta etapa judicial a iniciativa del administrador concursal o del juez (impulsada o no como idea por el propio deudor).
En concreto, considerando estas etapas, la normativa concursal contempla hasta cuatro vías en las que podrá activarse la venta de la empresa del deudor o de alguna unidad productiva de esta. La negociación cabe que sea previa o ya durante el procedimiento judicial.
Hay cuatro momentos para activar este tipo de venta:
- Decidirla y formalizarla en la fase común del concurso.
- Pactarla en el Convenio (en una propuesta anticipada al Concurso o formulada dentro de este).
- Incluirla en el plan de liquidación propuesto por el administrador concursal.
- Proponerla en un plan de liquidación presentado por el deudor al solicitar el concurso.
Transmisión de empresas en el concurso de acreedores
Las cuatro vías para encarrilar este tipo de medida derivan de la regulación de la norma concursal sobre:
- El modo ordinario de realizar una transmisión de unidades productivas.
- Las reglas para tramitar un Convenio Concursal.
- Los criterios para realizar una liquidación.
Sin entrar aquí en los intríngulis de la tramitación, las siguientes son, a grandes rasgos, las cuatro vías para acometer la venta de unidades productivas del negocio del deudor en el concurso.
Recuerda que la negociación se podrá realizar en el mismo concurso o en el preconcurso. Sin embargo, la formalización y ejecución de la transmisión se harán siempre dentro de la etapa de concurso.
Transmisión de unidad productiva realizada en la fase común del concurso
Como sabes, la decisión de transmisión de la empresa o parte de ella puede tomarse desde los inicios del procedimiento concursal, en la fase común. Por tanto, no hay que esperar a la liquidación o a la aprobación de un convenio concursal.
Esta vía permite que la venta del negocio se anticipe a la liquidación, con ahorro de tiempo en el procedimiento y una mejor conservación del valor del negocio.
Así, el administrador concursal tendrá asignadas ciertas funciones en la tramitación de la venta. Por ejemplo, hacer valoraciones, fijar plazos o determinar gastos para mantener temporalmente la empresa, entre otras cosas.
Transmisión de unidad productiva pactada en el Convenio
Esta alternativa debe aprobarse dentro del concurso, sea en la fase común o sea en la fase de Convenio. Aun así, puede tener una propuesta anticipada, negociada en el preconcurso.
Cuando este acuerdo contempla como medida la venta de la empresa del deudor o parte de ella a un comprador, se denomina convenio por asunción. En este caso, el adquirente de la unidad productiva se debe comprometer a:
- Continuar con la actividad de ese negocio durante el tiempo mínimo que se haya pactado.
- Realizar el pago total o parcial de todos los créditos concursales o de algunos.
En la práctica, esta alternativa es poco habitual en un tipo de medida como esta. Pero, de todos modos, es una posibilidad contemplada por la normativa que puede explorar el deudor en el preconcurso o en el concurso.
Transmisión de unidad productiva incluida en el plan de liquidación propuesto por el administrador concursal
Es la forma ordinaria de plantear este tipo de operación en el concurso cuando no hay convenio ni propuesta anticipada y nada justifica una venta urgente antes de la liquidación.
Por esta vía, el administrador concursal, tras cerrar el inventario de bienes y la lista de acreedores, presentará un plan de liquidación con las operaciones consideradas pertinentes. El plan lo deberá proponer una vez abierta la fase de liquidación. El juez, que deberá aprobarlo, podrá también efectuar modificaciones o preferir otras operaciones.
Este plan, que puede contemplar ventas de activos en subasta y cesiones de bienes, también puede optar por la transmisión de unidades productivas. De hecho, la normativa concursal determina que, siempre que sea posible, deberá proyectarse en este plan de liquidación la venta unitaria del conjunto de los establecimientos, explotaciones y unidades productivas de la masa activa, o de una parte.
Además, en el trámite se tendrán en cuenta las observaciones que puedan hacer los acreedores y los representantes de los trabajadores.
Transmisión de unidad productiva propuesta por el deudor en su plan de liquidación
El propio deudor, tal y como recoge la norma, puede presentar al procedimiento una oferta vinculante de adquisición de la unidad productiva en activo.
Para ello, adjuntará a la solicitud de concurso voluntario un plan de liquidación que incluya esa operación vinculada a un comprador. Por tanto, al igual que en la opción anterior, se tramitará en la fase de liquidación, que se abrirá justo al solicitarse el concurso.
En un plazo corto, el administrador concursal deberá realizar un informe sobre la propuesta, con el inventario de bienes y una valoración de ciertos efectos sobre el patrimonio y las deudas. Por su parte, los acreedores podrán presentar alegaciones.
Al final, la operación deberá autorizarla el juez.
¿Qué tipo de inconveniente tiene optar por esta vía?
Lo cierto es que, aunque se tiene como una alternativa bastante rápida, los reparos que pueden mostrar el administrador concursal, los acreedores o el juez suelen convertirla en algo más complicado. En ocasiones, incluso se acaban valorando otras opciones de adquisición diferentes a la propuesta por el deudor si pueden resultar más ventajosas o menos sospechosas.
Esta opción de transmisión de la empresa es la que han tratado de agilizar algunos jueces mediante el denominado prepack concursal. Consiste en unos protocolos con directrices y recomendaciones dirigidas a asegurar que por esta vía pueda tramitarse con celeridad la mejor venta posible.
Como sabes, algunos grupos de jueces optan por nombrar a un experto independiente para que conduzca el estudio de la operación y le dé mayor solidez a la propuesta.
Beneficios de la venta de la unidad productiva concursal
La venta de la unidad productiva en concurso es la mejor opción para salvar a las empresas de su endeudamiento. Pero esta acción también lleva aparejados otros beneficios:
- Conservación del empleo. Al mantenerse operativa la unidad productiva, se conservan los puestos de trabajo. Esto beneficia a los empleados y a la economía, ya que se evita el cierre total de la empresa.
- Continuación de la actividad económica. La venta de una unidad productiva permite que la empresa siga funcionando bajo nuevas condiciones. De este modo, salen beneficiados los proveedores, los clientes y el mercado en general.
- Aumento del valor de los activos, reducción de pasivos y protección de los acreedores. La venta en bloque de una unidad productiva consigue un precio superior al que se puede alcanzar con la venta de activos individuales. Además, al reducir pasivos y obtener activos, se pueden satisfacer las deudas con los acreedores. Por tanto, esta acción favorece al interés de los acreedores, que tendrán mayores posibilidades de cobrar.
- Menos costes procesales. Gracias a la venta de unidades productivas en concurso se evita el cierre de empresas y la liquidación de sus activos por separado. Esto reduce drásticamente los costes asociados al procedimiento concursal.
- Resolución del concurso más ágil. Es más rápido conseguir la venta de una unidad productiva que liquidar una empresa. A su vez, esto agilizará la resolución del concurso.
Inconvenientes de la venta de la unidad productiva
Para aquellas empresas en situación de insolvencia, la venta de sus unidades productivas es la mejor salida. Ya has visto los beneficios. Sin embargo, también queremos que tengas en cuenta algunos de los posibles inconvenientes que podrían darse:
- Dificultad para encontrar compradores. Dar con compradores interesados para la unidad total puede fragmentar los activos y reducir el valor de venta.
- Desconfianza de los compradores. Los litigios pendientes pueden echar para atrás a más de un interesado, lo que limitará las ofertas.
- Pérdida de puestos de trabajo. Si se decide una reestructuración empresarial y se reduce la plantilla, se pueden perder muchos puestos de trabajo.
- Desgaste debido al procedimiento. Un proceso complejo o largo para conseguir la venta de unidades productivas puede desgastar tanto a los acreedores como a los empleados.
Otros modos de adquisición de la propiedad de empresas en crisis
Al margen de la transmisión de unidades productivas en el concurso, existen otras medidas que pueden permitir que un acreedor adquiera cuotas de propiedad en la empresa deudora.
Son posibles, por supuesto, fuera del ámbito concursal. Pero algunas caben también en el preconcurso, a través de un acuerdo de refinanciación o de un Acuerdo Extrajudicial de Pagos. También en el concurso, vía convenio, como medida diferente a la venta directa de la empresa.
Estas son algunas posibilidades:
- Venta de participaciones o acciones con una reestructuración de créditos simultánea.
- Conversión de deuda (importes impagados) en capital o en obligaciones convertibles en acciones de la sociedad deudora.
- Refinanciación mediante créditos participativos.
- Compra de créditos de los acreedores (por un tercero o por otros acreedores) seguidos de conversión de estos en capital de la sociedad deudora.
- Absorción por una sociedad de la empresa deudora, de parte de esta o realización de una fusión societaria.
En estos casos, no hay una operación de compraventa de unidades productivas. Pero el resultado es que una persona física o jurídica acaba adquiriendo cuotas de propiedad de la empresa deudora.
Venta de la unidad productiva según la Ley Concursal
La reforma de la Ley Concursal pretende salvar a las empresas de los procesos concursales implementando medidas de reestructuración más efectivas. Y aquí es donde aparece la venta de la unidad productiva, aunque es algo que ya se utilizaba antes de la reforma.
Lo que se pretende con esta acción son dos objetivos:
- Proteger los intereses de los acreedores.
- Conservar la actividad económica de la empresa deudora, evitando tanto su liquidación como la pérdida de empleos.
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